Ayer, nos vestimos de fiesta. Lo
hicimos para celebrar una buena causa y un buen motivo: presentar los libros del
gran artista plástico merideño Franco Contreras, un creador que se ha destacado
por una obra mayormente tridimensional, en la que representa una conexión profunda
con sus orígenes, mediante la utilización de materiales propios, madera de café
y otros elementos que remiten a la tierra y su entorno.
Tal y como aparece reseñado en la
revista Arte Dia, en la obra del maestro Franco Contreras, el agua, la casa,
la lluvia, el viento, el cruce de ríos ("la chorrera" como la llama
Contreras), el puente, son algunos de los temas a que hacen referencia sus
obras. Estos temas, por cierto, se sugieren de manera austera, y aparentemente
precaria, apenas con leños de la planta de café y cabuya. El resultado son
piezas frágiles por su condición primera, ya que el material hace la obra, hace
el lugar donde se hace la obra (el campo merideño, lejos de toda connotación
urbana) y la hace aparentemente simple, honesta, sin retóricas innecesarias.
Esta sencillez -tanto en sus motivos como en su factura- es definitoria en la
obra de Contreras. Aun cuando ha incorporado recientemente materiales de
desecho para tratar nuevos temas, es la austeridad y la delicadeza como retrabaja
sus materiales primarios lo que mejor define su trabajo. De esos "palos de
café" surgen esculturas sutiles, móviles, dibujos sin papel, que todo lo
dicen acerca del universo natural del artista.
Cercanos a su trabajo por diferentes motivos, hace algunos meses, en Bibliomulas, dimos acogida a un hermoso proyecto de su autoría: sus libros. Nos pusimos, a su lado, a darle espacio para la realización de una inusual propuesta que, de algún modo, rompe con su estilo, conservando intacta su esencia más íntima, pues es la que habla de sus pensamientos y nos acerca al hombre.
En hojas sueltas que mantienen la
secuencia de una historia tejida por sus pensamientos e ideas, Contreras ha plasmado
lo que su obra significa y algunas ideas sobre su trabajo y su vida en el campo.
El resultado es una colección de hermosas imágenes, distribuidas en una serie
de 10 “libros” cuya presentación es todo un lujo.
Obviamente, nos correspondía apoyarlo y, para estar a tono con los difíciles tiempos actuales, lo hicimos permitiéndole que convirtiera nuestra oficina en su “cuartel de trabajo”; de modo que nos sentimos tremendamente orgullosos de haber sido “editores” del primer trabajo editorial de nuestro querido Franco Contreras, a cuyos amigos y seguidores recibimos ayer en un grato encuentro festivo para presentar el trabajo concluido.
Gracias a quienes nos acompañaron,
gracias a quienes nos dan la oportunidad de vivir estas bonitas experiencias y
gracias, sobre todo, a Franco Contreras por entender tan cabalmente las aristas
de Bibliomulas y sumarse a nuestro devenir con ese valioso trabajo artístico,
que ahora es parte de nuestras alforjas.