Proyecto Bibliomulas: Re-crear vivencias lectoras para con-mover mediadores de lectura en Mérida-Venezuela

Reproducimos a continuación, el artículo escrito por la Doctora Emilia Márquez Montes, docente asociada al proyecto Bibliomulas desde sus in...

lunes, 6 de noviembre de 2023

El poder de las alianzas


La subsistencia de Bibliomulas, tanto en la buena época como en los tiempos tan difíciles que vivimos actualmente en Venezuela, se debe exclusivamente a los apoyos recibidos de parte de algunas instituciones y organizaciones filantrópicas, dentro y fuera de nuestro país.

Mantener el programa funcionando depende exclusivamente del trabajo que dedicamos a la captación de fondos a muchos niveles, y de los poquísimos ingresos que podemos generar; el punto es muy claro: Bibliomulas necesita llegar de forma gratuita a sus beneficiarios para que pueda seguir siendo útil. Nuestro trabajo se realiza en comunidades rurales o, por lo menos, no urbanas, en las que es imposible pensar en obtener o exigir algún beneficio económico. Eso lo tenemos muy claro, es parte fundamental de nuestros postulados y no se discute.

Ocurre que detrás de cada una de esas jornadas diarias, hay un esfuerzo de producción que cuesta dinero: la manutención de la mula, el veterinario, los libros, las meriendas para los niños y representantes, el material escolar, los honorarios de quienes protegen la mula y/o llevan adelante la interacción con los niños. En fin, los incontables detalles que hacen del nuestro, un programa lleno de particularidades.

En esa búsqueda permanente de ayudas, hemos conocido una magnifica organización italiana: Cuore Amico (Corazón amigo)  muy ligada a la iglesia católica, fundada por el Padre Mario Pasini, a quien se le recuerda como un cura volcánico: periodista, director de un semanario y de una revista, promotor de centros de asesoramiento y de numerosas iniciativas a favor de la familia y comprometido con mejorar el sector televisivo italiano, mediante la creación de contenidos de alta calidad.


El padre Mario, animado, sobre todo, por una fe profunda y por la convicción de que la Iglesia de Cristo es instrumento de salvación para todos se empeñó en estar presente en los más diversos lugares. Especialmente en realidades fronterizas y países no europeos en situaciones problemáticas que afectaran la familia y la educación, como un gesto de hermandad y solidaridad.

Es el caso que la fundación Cuore Amico, se interesó vivamente por Bibliomulas, decidiendo apoyarla para su funcionamiento; pero, para que ese apoyo se hiciera efectivo, es indispensable que interviniera una organización católica, debidamente solvente y relacionada con programas educativos venezolanos. Es allí cuando pensamos en extender las alianzas que hacen posible nuestro trabajo y contactamos a los amigos de la Red de Casas Don Bosco.

La red, bajo la dirección general del Padre Felipe Colmenares Aguilera, está Integrada por nueve casas distribuidas en varios estados del país, y es una iniciativa dedicada a apoyar integralmente a niños, adolescentes y jóvenes en situación de riesgo social. Aunque nuestro caso no se corresponde exactamente con ese concepto restringido, pues no somos una “casa”,  si ofrecemos la posibilidad de apoyar la inclusión de niños en riesgo, por medio de herramientas educativas; además, trabajamos muy estrechamente con la Fundación Don Bosco de Mérida.


Esa red de apoyos, fundamentales para poder realizar trabajos en el ámbito social y educativo, (en realidad, en todos los ámbitos) fue lo que nos permitió llegar hasta el Padre Felipe Colmenares y solicitarle que nos “representara” ante la Fundación Cuore Amico. Gracias a su apoyo y el de la Red de Casas Don Bosco, pudimos recibir la ayuda que tanta falta nos hacía.

Esa relación profesional se convirtió en personal gracias a una distendida y amable visita que el padre Felipe realizó a Mérida. No podíamos dejar pasar la oportunidad y le pedimos que viniera con nosotros a Las Quebraditas, para disfrutar una jornada con Canela y los chicos de esa comunidad; el sacerdote vivió personalmente el trabajo que hacemos, leyó con los niños, escuchó sus historias, conoció el lugar donde realizamos nuestros encuentros, revisó las alforjas y lo mejor de todo: se fue de paseo por la zona, muy bien sostenido en el lomo de Canela.


Estamos muy agradecidos. Creemos que esa forma de trabajo, en la que prevalece la confianza y la independencia de criterios, además de fortalecernos a todos los involucrados, nos permite crecer y aportarle mayor efectividad a lo que hacemos.

Muchas gracias Padre Felipe por regalarnos esa tarde divertida. Esperamos que se repita muchas veces.