Proyecto Bibliomulas: Re-crear vivencias lectoras para con-mover mediadores de lectura en Mérida-Venezuela

Reproducimos a continuación, el artículo escrito por la Doctora Emilia Márquez Montes, docente asociada al proyecto Bibliomulas desde sus in...

viernes, 23 de febrero de 2024

IL GIORNALE DI BRESCIA

 


En abril de 1945, a pesar de la guerra y la inestabilidad que se vivía en Europa, salió a las calles la primera edición de un pequeño diario llamado “Giornale di Brescia”, lógicamente dirigido a la población de la región de Brescia, en la Lombardía italiana, el pasquín contaba con solo dos páginas, impresas por ambas caras, y estaba dedicado a las actividades del Comité de Liberación Nacional, o lo que es lo mismo, el más importante movimiento de resistencia antifascista que existió en la convulsionada Italia de tiempos de guerra.

La mera historia del Giornale es materia para muchas cuartillas en las que siempre habría que contar la increíble resistencia que sus fundadores tuvieron para mantenerlo en funcionamiento durante los años difíciles que les tocó vivir. Si hacemos un rápido adelanto hacia el futuro, es fácil darse cuenta que casi 80 años después, su presencia en la vida diaria de los italianos es garantía de periodismo libre y serio. Quizás eso sea suficiente.

Sin embargo, las conexiones del Giornale, con la gente de Brescia primero que todo y con las buenas noticias de sus ciudadanos, le ponen siempre en un lugar de privilegio. No solo es uno de los diarios más sólidos y respetados de Italia, también es uno de los que moviliza el interés de sus ciudadanos por las buenas historias del mundo.

Es allí donde empieza su similitud con Bibliomulas. A pesar de las historias no del todo amenas que se cuentan de la humanidad en nuestros días, Tanto uno como otro insisten en creer en la buena noticia y propagarlas.

Por eso le dedicamos este pequeño espacio, con él celebramos su generosidad y su empeño en apoyar lo que hacemos en esta pequeña ciudad de los Andes Venezolana y que, para nuestra sorpresa, ha servido de ejemplo a comunidades Lombardas e incluso un poco  mas allá.

En anteriores publicaciones dimos espacio a los dos reportajes publicados, por eso, ahora solo queremos agradecerles con el sencillo homenaje de traerlos a nuestras paginas

Es lo menos que corresponde hacer.

Gracias.


sábado, 17 de febrero de 2024

EL ALIMENTO DE LA MENTE A BORDO DE LA MULA


Dentro de un cajón de la memoria sigue estando mi hermano mientras jugamos a "Capitales", le pregunto por Venezuela y me responde sin dudar: "Caracas". Este país, famoso por su biodiversidad en el norte de América Latina, me recordó al sociólogo Ignazio Pollini, originario de Salò, que vive en esa tierra de belleza agreste desde 1987.

Actualmente atraviesa una compleja crisis humanitaria agravada por la devaluación del bolívar que ha llevado a 9 millones de personas (de un total de 36) a la emigración desesperada.

Ignazio, que partió a los 23 años como misionero laico por cuenta de la diócesis de Brescia en el Servicio Voluntario Internacional, debería haberse quedado tres años, pero en lugar de eso se quedó, construyó una familia y una vida inesperada.

Actualmente sigue el área educativa de una ONG europea con programas humanitarios dirigidos a jóvenes de comunidades rurales de alta montaña. Me cuenta la increíble experiencia de "Bibliomulas", un proyecto desarrollado en Mérida, en la zona fronteriza con Colombia. Con la ayuda de la mula Canela, que lleva a cuestas una alforja llena de libros, los trabajadores visitan ocho aldeas cada semana. Se trata de pequeñas agrupaciones de casas a las que sólo se puede acceder por un camino de herradura, habitadas por campesinos dignos, en su mayoría analfabetos, que cultivan patatas, cebollas y poco más. A 2.600 metros de altitud, resulta difícil incluso cavar.

En la cordillera andina, la vida de los campesinos es extenuante, aislada por las distancias y sus tradiciones. Para cerca de la mitad de los niños, esta promoción de la lectura representa la única ventana abierta al mundo. Acostumbrados como sus padres desde pequeños a trabajar en el campo, se acurrucan sobre sus talones para hojear maravillados los libros, tomarlos prestados y devolverlos como se haría en una biblioteca de verdad.


En un vídeo me muestra la festiva bienvenida a su llegada y viéndolo tengo la impresión de escuchar el Oboe de Gabriel, compuesto por Ennio Morricone para la película "Misión", en cuyas notas flota el conmovedor espíritu de la naturaleza.

A continuación, me habla del proyecto "Feminizando los derechos humanos" en favor de las mujeres. También aquí son ellas las más afectadas por las violaciones, discriminadas en el acceso a la educación y mal pagadas en el trabajo. Muchas jóvenes agotan su adolescencia y se convierten en madres prematuramente.

A menudo sufren violencia doméstica y abandono, sin pensión alimenticia.

A veces el alimento de la mente llega montado en una mula. La cultura, sin embargo, no es como el pan, se puede comer sin tener hambre.

 

lunes, 12 de febrero de 2024

DE SALO A LOS ANDES VENEZOLANOS....

Desde 2010 existe en Venezuela el proyecto 'Bibliomulas' de Cisv, coordinado por un bresciano, contra la pobreza educativa.

En los Andes venezolanos, a una altitud de hasta 2.700 metros, Pinocho se encuentra con la Llorona, la mujer fantasma de las leyendas sudamericanas; y los niños tiemblan de miedo, pero también vibran de alegría porque es el día de la lectura, de la creatividad e incluso del paseo en mula. Es ella, el animal que utilizan los campesinos para trabajar y desplazarse, quien una vez a la semana lleva libros a siete aldeas remotas y una vez al mes a una nueva. Porque todos la quieren, con su alforja de tela llena de libros, cuarenta para ser exactos, de la biblioteca con 650 en la sede de Mérida. De ahí nació en 2010 el proyecto "Bibliomulas", coordinado por el bresciano Ignazio Pollini, originario de Salò, que llegó a Venezuela de joven, en 1987, para hacer el servicio civil y desde 2008 es la persona de contacto en el mismo país de Cisv (Comunità Impegno Servizio Volontario), una ONG de cooperación internacional de Turín.

Y de nuevo desde Mérida, cada semana, el grupo formado por la mula, el 'bibliomulero' que la cuida y el promotor de lectura que ofrecerá a los niños-niñas (de entre cuatro y catorce años) el esperado y probado programa: lectura teatralizada con disfraces y marionetas, debate con posibilidad de inventar finales alternativos para las historias escuchadas, dibujo (también en el suelo con tisas, donde no hay aulas ni pupitres), lectura libre para los que puedan, juegos (con predilección por el tradicional juego del trompo), merienda una vez al mes y siempre un gran final en la mula, humilde y superestrella.

La situación

Cada semana se involucran 170 niños: la mitad de ellos no van a la escuela y nunca lo harán, pero incluso los afortunados que tienen la oportunidad de aprender a leer y escribir sufren la pobreza educativa derivada de la "compleja crisis humanitaria" que, en palabras de la ONU, atraviesa el país: los profesores, que cobran cinco dólares al mes, se ven obligados a reducir el tiempo que dedican a la enseñanza para ganarse la vida en otra parte. "No podemos ni queremos ocupar el lugar de la escuela", explica Pollini, en estos días en Brescia (y el pasado martes en “Teletutto Racconta”), "y de hecho el objetivo no es enseñar a leer y escribir, sino poner libros a disposición de los niños, que en esas partes son verdaderos artículos de lujo; y al mismo tiempo darles la oportunidad de divertirse, comunicarse, ser creativos". Ellos, los “jovencitos usuarios del servicio", responden con un entusiasmo que, incluso desde la distancia, hace brillar los ojos de Ignazio.

Emociones. ¿Cuáles son sus títulos favoritos entre Pinocho y Caperucita Roja, los cuentos de Andersen y las leyendas venezolanas?


Es difícil decirlo", responde Pollini: "La acogida es siempre tan calurosa...". Claro que, de vez en cuando, alguien se enamora de un libro, quiere llevárselo a casa, donde nunca ha estado, e insiste, insiste... pero no se puede: los volúmenes que transporta la mula son de todos, y hay que ponerlos en camino una y otra vez.

Emociones y labores se entrecruzan en el proyecto 'Bibliomulas', que es uno de los ocho a través de los cuales CISV da respuesta a la pobreza educativa y sanitaria en Venezuela, con un total de 46 personas remuneradas y 11.000 beneficiarios (también hay tres hogares familiares, dos proyectos de formación para mujeres y jóvenes, y dos programas de ayuda sanitaria, uno de los cuales apoya a estudiantes de Medicina).

La mayor lucha, testimonia Ignacio, deteniéndose en particular en "Bibliomulas", en la que trabajan ocho de ellos, es la de la recaudación de fondos. El CISV se apoya en Cuore Amico Fraternità onlus de Brescia y en la Fondazione Germano Chincherini de Salò: cualquiera que quiera dar su apoyo puede dirigirse a estas organizaciones.