Pocas cosas nos hacen tanta ilusión como el inicio de un nuevo año, nos gusta la expectativa que eso nos genera y, sobre todo, nos emociona mucho el reencuentro con nuestros beneficiarios, a muchos de los cuales llamamos con sinceridad “amigos de Bibliomulas” porque son el motorcito que nos da ánimo para enfrentar una que otra dificultad y salir a galopar con Canela.
Por cierto, Canela también estuvo de vacaciones: su
cuidador, Genaro, se ha ocupado de darle descanso, alimentarla y mantener
brillante su melena; si la vemos bien, Canela está rejuvenecida y muy bonita,
cosa que no ha pasado desapercibido para nadie pues ha sido instrumental en el
inicio de nuestro trabajo: lógicamente, si nuestra principal colaboradora es la
mula, también es nuestra primera obligación; por eso, nos produce enorme tranquilidad
saber que Genaro se ocupa de ella con tanto celo y entrega.
Mas o menos, siempre sucede lo mismo al inicio de cada
periodo de trabajo: planificado el año, es necesario contrastar los planes con
quienes los harán posible; es decir, representantes de comunidades que atendemos.
Esto se debe, principalmente a que, hace tiempo, cuando decidimos salirnos un
poco de la escuela para abordar la comunidad en un sentido más amplio y
beneficiar de ese modo a un grupo mayor de niños y familias, se nos presentó la
necesidad de convertir las familias de las zonas visitadas, en nuestros principales
aliados: las familias anfitrionas son, entonces, quienes tienen la responsabilidad
de recibirnos en cada visita y facilitarnos su casa para poner a andar nuestras
jornadas de lectura y juegos.
Eso forma parte de las necesidades que cubrimos al principio
de cada año, por eso nos gusta darle su prioridad. Definir el espacio,
reunirnos con los padres y representantes de cada grupo y establecer claramente
el apoyo que podemos (y queremos) brindar a los programas escolares pues,
aunque ya no trabajamos directamente en las escuelas, siguen siendo estas las
que marcan totalmente la vía que vamos a llevar en cada encuentro. De modo que
esta simbiosis “escuela-comunidad” sirve para ponernos “a tono” con lo que se espera
de nosotros.
Este momento de “volver al trabajo” es realmente
importante para nosotros y lo disfrutamos mucho. Espero que ustedes nos
acompañen en ese disfrute y estén cerca de nosotros para vivirlo plenamente a través
de nuestras historias, cuentos y por qué no, de manera directa. Gracias por acompañarnos, una vez más, en el arranque
del galope.