Reclamo turístico por excelencia, es también el hogar de
numerosas comunidades situadas dentro de los muchos “recovecos” de las montañas
que circundan la única carretera que lo atraviesa. Son comunidades bastante
diversas, en las que se mezclan por igual nativos “de toda la vida”, forasteros
que han escogido este paradisíaco lugar para establecerse y merideños que renuncian
al ajetreo de la ciudad para disfrutar el frio y el fértil verdor de un campo
situado a escasos minutos del centro de la ciudad.
Entre estas muchas comunidades que han ido construyendo lo que hoy tiene de pueblito particular El Valle, muy cerca de Alto Viento, existe una empinada loma que da cobijo a unas 40 familias aproximadamente: se trata de La Vergara Alta. Un caserío construido en el pedazo de montaña que deja libre el paso de un caudaloso rio. Un campo para la agricultura a pequeña escala, para convivir con animales y para albergar los sueños de sus moradores.
También, desafortunadamente, una loma con grandes carencias en la que la lucha por completar el día no deja de tener enormes dificultades que muchas veces sencillamente se atienden entre vecinos tanto como se puede. Es por eso que nos ha parecido prodigioso descubrirla e incluirla en nuestros itinerarios de trabajo.
Ya hemos tenido la dicha de visitarlos en dos
oportunidades. La primera vez, como parte de un operativo medico social en combinación
con la gente de la Fundación Primeros Auxilios ULA y la segunda vez, el sábado pasado,
día en que tuvimos una mañana especialmente grata de “asalto” a la comunidad para
disfrutar una jornada llena de teatro, libros, paseos y mucha alegría.
Aunque este tipo de actividades se realizan cada cierto tiempo con el objetivo de captar nuevas audiencias ya que a nosotros nos corresponde trabajar "al revés"; es decir, nos corresponde buscar las comunidades que puedan necesitarnos, en lugar de esperar que ellos vengan en nuestra búsqueda, el trabajo en La Vergara Alta tiene características muy especiales cuyo abordaje ha sido necesario desde el primer día, planteado como un proceso de seguimiento y apoyo permanente que faciliten intervención en asuntos relacionados con la salud de algunos de nuestros nuevos amigos y el proceso educativo de sus niños.
Es un nuevo espacio que nos permitirá ir desarrollando
un trabajo tranquilo de captación con el que abonaremos terreno para sumarlo al
objetivo de promoción lectora de Bibliomulas.
Gracias a la gente de La Vergara Alta por darnos la
bienvenida y por el brillante futuro que nos espera.