Fue un encuentro particular, mucho más enriquecedor,
si se quiere, pues por una vez reunimos a un grupo realmente importante: no se
trataba de colaboradores solamente; al taller habían sido invitados el grupo de
mediadoras de lectura que hacen labor en las aldeas cercanas a Jaji, nuestros
promotores de lectura de Mérida y, además, las madres que para cada actividad
que realizamos convierten sus casas en nuestra sede, así como algunos
representantes llegados en el ultimo minuto.
Es necesario destacar la participación de este bonito
y valioso grupo de asistentes comprometidos con la educación de sus hijos; pero,
también con la de todos los niños de sus comunidades que, poco a poco, han ido
involucrándose en nuestro programa al punto de convertirse en apoyo fundamental
de nuestro crecimiento.
El pasado jueves 2 y viernes 3 de diciembre, las
profesoras Emilia Márquez y Sahyli Amaya se abocaron a la tarea de sensibilizar
a este grupo de participantes como mediadores de lectura, a partir del
acercamiento a su propia historia como lector, usando para ellos experiencias
de animación de lectura y producción de textos que les ayuden a propiciar una
mirada hacia el descubrimiento y el desafío de leer en forma autónoma y crítica
para la vida.
Fueron dos intensas jornadas de trabajo en las que echamos mano de valiosos recursos tangibles e intangibles, en los que privó la memoria de vivencias e interacciones personales para distinguir algunas de las representaciones sobre lectura y escritura que desde allí han construido.
Escudriñar las emociones de un lector es una
experiencia fascinante. Al hacerlo, podemos claramente describir experiencias
relacionadas con sus evocaciones y vivencias con la lectura, no solo en la
tranquilidad de sus hogares, sino en diferentes entornos, en lecturas de grupo
y con textos de significativa importancia para cada uno.
Fue exactamente el tipo de taller que disfrutamos en
grande; no porque otros no sean útiles sino porque tenemos muy clara la
altísima responsabilidad que significa formar formadores. Dejar la promoción de
la lectura en manos de personas que no han logrado desarrollar criterios o nos
son capaces de guiar a los niños en el proceso de establecer los aprendizajes
adquiridos en el acercamiento al libro, es un gran riesgo; de ahí que nosotros
nos esforcemos por desarrollar permanentemente estas jornadas formativas en las
que, cada vez, por suerte, se involucra un mayor número de personas; eso
también es un acierto.
Conscientes como estamos de la gran movilidad que está ocurriendo en el país y la infinidad de obstáculos que debe vencer un docente para cumplir su trabajo, el incremento de personas preparadas para asumir funciones “de emergencia” no solo fortalece el programa de promoción lectora Bibliomulas, sino brinda confianza al equipo.
Estamos agradecidos y satisfechos. Una vez más podemos decir con toda tranquilidad que el esfuerzo que junto a nosotros hace la Fundación Germano Chincherini, de Italia, produce el mejor de todos los dividendos: personas sensibilizadas y niños que se encaminan hacia la plenitud de la vida adulta gracias a la educación recibida.