UN DESAFIO PARA LOS PRIMEROS 15 AÑOS DE BIBLIOMULAS

  El proyecto Bibliomulas Mérida se aproxima a celebrar 15 años de trabajo y compromiso en nuestras comunidades andinas. este aniversario no...

lunes, 15 de noviembre de 2021

El éxito de una alianza necesaria


Hace muchos años que la Fundación Don Bosco es una especie de aliado natural de Bibliomulas. El programa de atención a niños que viven en pobreza extrema, con alto riesgo de exclusión social, que ellos llevan adelante hace casi 36 años ha sido, entre otras cosas, beneficiario de los planes de Bibliomulas y casa en la que nuestras mulas han pastado como si fuera de ellas.

Sin embargo, nunca habíamos emprendido juntos un proyecto específico. Aunque la labor de la Fundación y la nuestra tienen muchos puntos en común, nunca habíamos decidido unir esos puntos para construir juntos una línea de trabajo, tal vez porque la oportunidad para hacerlo no se había presentado; curiosamente, sin embargo, muchos de los proyectos de Bibliomulas han sido “probados” en la Fundación y viceversa.

Unirnos para atender la convocatoria de la Fundación Venezuela sin Límites en su XVII Fondo de Inversión Social nos pareció un movimiento que, no solo poseía mucha lógica dado el carácter de nuestras organizaciones, sino nos daba una sensación de fortaleza muy necesaria a la hora de emprender un camino en estos tiempos tan complicados. Entonces, decidimos atender la convocatoria.

“Con Bibliomulas y un clic leemos, escribimos y calculamos mejor” es el título del proyecto presentado para optar al financiamiento del fondo habilitado para organizaciones no gubernamentales, dedicadas al trabajo social en Venezuela. La idea, sencilla en su implementación, gira en torno a la necesidad de trabajar en el necesario tema de alfabetización digital.

Fue una jornada definitivamente interesante que puso a prueba muchas de nuestras mejores habilidades. Usualmente, organizaciones como las nuestras dependen económicamente de agencias de Cooperación nacional e internacional. Es entonces normal que una buena parte de nuestro tiempo se consuma en la búsqueda de convocatorias públicas y formulación de respuestas a tales oportunidades. Los procedimientos raramente varían: siguiendo lineamientos muy precisos, una ONG llena un largo formulario en el que explica abundantemente los detalles diferenciadores del proyecto en el que quiere trabajar. Luego, si ese primer borrador tiene éxito, habrá reuniones y sesiones de preguntas y respuestas hasta un veredicto final, que puede ser negativo.

Pocas veces ocurre que la “comunidad virtual” de los aspirantes sea puesta a prueba. En esta ocasión, el 20% de la calificación final del proyecto estaba en manos de los “seguidores” de Bibliomulas y la Fundación Don Bosco. Hay más: en caso de fallar ese 20%, era difícil remontar la cuesta y corríamos el riesgo de salir de la competencia.

Nos habíamos preparado a conciencia para acudir a las fases del concurso, que incluyeron un primer borrador del proyecto, la elaboración de una versión final, ajuste de presupuesto, formación, videos, votación pública y defensa ante jurado. Pero, temblábamos ante la idea de someterlo a consideración de nuestra comunidad virtual porque, en lograr ese éxito, intervienen muchos factores, tan sencillos como el acceso a Internet de los posibles votantes.

Pero, estamos empeñados en la alfabetización digital. Creemos indispensable desarrollar en nuestros niños capacidades para realizar diferentes tareas en un ambiente digital.

Estamos al tanto de los muchos matices que engloba esta definición genérica, entre los que se incluye habilidad para localizar, investigar y analizar información usando la tecnología, así como ser capaces de elaborar contenidos y diseñar propuestas a través de medios digitales; sabemos bien que la alfabetización digital debe entenderse no sólo como un medio sino también como una nueva forma de comunicación, creación y comprensión de la información. Por eso nos atrevimos a todo.

El proyecto navegó aguas tranquilas, desde el principio y tuvo su primer momento de felicidad el pasado 8 de noviembre cuando formalmente nos avisaron que la votación publica - a la que nos habíamos presentado enarbolando un atractivo video producido por Marco Pollini – obtuvo casi 3 mil votos, convirtiéndose en el proyecto más votado. Fue maravilloso descubrir que para mucha gente somos una referencia a la hora de brindar apoyo.

Luego, tuvimos la ocasión de defender el planteamiento frente a un exigente jurado compuesto por personalidades del mundo empresarial, de la comunicación y del desarrollo social. Ya se lo pueden imaginar, fue como presentarse a un examen final rogando que te pregunten todo lo que has estudiado en profundo.

Pues bien, el viernes pasado, 12 de noviembre, nos anunciaron que habíamos ganado; aunque no es la primera vez que obtenemos la buena pro de un patrocinador, la alegría de ser beneficiarios del XVII Fondo de Inversión Social de Venezuela sin Límites, resultó un espaldarazo muy ansiado y necesario. De muchas formas, sentimos desde entonces que no estamos solos y que para validar lo que nos proponemos, hemos sido congregados por una ocasión inigualable.

Somos totalmente conscientes de que el gran reto es pasar de una sociedad de la información excluyente a una sociedad de comunicación en la que todo el mundo tenga las mismas oportunidades y esa es la principal buena nota del proyecto que emprenderemos en enero 2022 junto a la Fundación Don Bosco.

Como estamos seguros de lo mucho que ustedes lo entienden, solo resta decir, GRACIAS.