Tal vez encontrar una sola razón a la profunda crisis educativa que vive Venezuela sea imposible. En el escenario de una crisis humanitaria compleja como la que vivimos, el cúmulo de circunstancias hace un todo muchas veces insoportable y el estallido es inevitable: violencia en el camino a la escuela, migración de profesores y familias, escasez de todo tipo, fallas eléctricas y muchas otras razones han convertido el hecho de aprender en un reto difícil de vivir y de entender que tiene especial incidencia en las comunidades pobres, rurales y de difícil ubicación geográfica.
Es una terrible
desgracia pensar siquiera que Venezuela esté regresando a índices de
analfabetismo superados hace más de 30 años; sin embargo, cada día es más
posible encontrar niños en edad escolar que no saben leer ni escribir, porque no han tenido acceso a la escuela.
No hay duda
que, de todas, las secuelas que esta profunda crisis educativa dejará para el
crecimiento del país y el fortalecimiento de su sociedad, serán las más graves; por eso, es deber de la
sociedad civil volcar su mirada a formas novedosas de llevar el aula a los
rincones más apartados del país y darle a los niños la oportunidad de descubrir
el mundo maravilloso de la educación.
LA IDEA
DE CARIBANA
La organización de turismo responsable CARIBANA, radicada en Mérida desde el año 2003, en sus continuos desplazamientos por los páramos
y pueblos más recónditos de la geografía andina venezolana detectó el germen de
un problema que con el paso del tiempo se haría cada vez mayor, hasta devenir en grave crisis; por eso, empezó
a idear planes que le permitieran el desarrollo de un proyecto educativo, que tuviera al mismo tiempo arraigo social y
garantía de permanencia. Fue entonces cuando entró en contacto con la
Universidad del Valle de Momboy, en el estado venezolano de Trujillo para darle
forma a una versión “paramera” del proyecto Bibliomula, ideado por ellos.
Es muy sencillo: se trata de equipar una mula con
alforjas de libros, interesar a familias, maestros, niños y promotores de lectura y hacer que la mula recorra esos caminos
escarpados a los que muchas veces no llega ningún otro sistema de enseñanza.
El año 2010 vio
como una mula cargada de libros se convertía en mensajera de mundos
interminables: los que se encuentran entre las páginas de un libro. CARIBANA hizo
que la educación llegara a las más encumbradas montañas andinas, gracias a que
las mulas solo necesitan un camino para recorrer, y los niños una mano amiga
que les enseñe a descubrir el mundo.
PIEDRAS
EN EL CAMINO
Tras once
años de permanente trabajo en el que se han beneficiado comunidades de todos
los pueblos cercanos a Mucuchíes en el páramo merideño, zonas altas del este de
la ciudad de Mérida y los pueblos de la parroquia Jají al norte del estado en
la Sierra de la Culata; el proyecto Bibliomulas ha sufrido un grave percance
que amenaza su permanencia: fue despojado de su mula.
Tras una intensa campaña en la que se involucró un
gran número de merideños amigos del proyecto, tuvimos que darla por
desaparecida y quedarnos sin la mitad de
lo que somos.
HAY QUE SEGUIR ADELANTE
Ha
transcurrido un par de meses y cada vez es más obvio que necesitamos una nueva
mula. Las comunidades beneficiarias, los niños de las escuelas rurales y los
maestros radicados en remotos caseríos a
los que no llega electricidad y mucho menos señal de telefonía o
internet, solo tienen nuestra mula cargada de libros para continuar con su
labor de enseñanza y aprendizaje, y
nosotros solo tenemos las alforjas cargadas de conocimiento para hacerlas
llegar hasta donde ellos se encuentran.
Para
solucionar el inconveniente de poner estas cosas juntas, estamos acudiendo a
ti: necesitamos tu aporte para que, entre todos, dotemos a Bibliomula nuevamente
de su mula. Tenemos que recaudar dos mil dólares para comprar una mula nueva y
costear los gastos de establo y cuidados.
Es el momento
en que te sumes a una causa llena de significados: en estos tiempos de
velocidad de la información, viajes a Marte, comunicación satelital y
exquisiteces tecnológicas, hay niños en las montañas andinas que aguardan por
la mula cargada de libros, para
continuar alimentando sueños que los convertirán mañana en doctores, artistas o
astronautas.
Eso lo es todo en la vida de muchos.
Contamos
contigo.