Algunas veces, el resultado de las historias no es el que uno quiere vivir. La vida es complicada y algunos eventos permiten lecturas desafortunadas y mensajes llenos de claves que son mejor no descifrar. Algo así sentimos en Bibliomulas: después de un par de semanas en los que no hemos dejado de buscarla, lamentamos mucho dar por terminada (y por infructuosa) la búsqueda de Morichala.
La razón
fundamental es que estamos obligados a seguir adelante. No esperábamos vivir
este mal rato y mucho menos en las actuales circunstancias; pero, es lo que ha
ocurrido y no tiene mucho caso lamentarlo por más tiempo, aunque cada uno de
nosotros elaborará su pérdida de la manera que mejor pueda. Bibliomulas no
puede detenerse, tenemos un compromiso definitivamente firme con nuestras
comunidades de aprendizaje y, por supuesto, con los niños de Mérida y tenemos,
además, el honor de ser quizás, los únicos que aún persisten en la modalidad
“equina” de promoción de lectura en Venezuela. De modo que, nuestros proyectos siguen adelante, hasta que
una nueva mula vuelva a completarnos.
Puestos a
hacer balance de estos días difíciles, sin embargo; encontramos razones importantes para sentirnos
orgullosos: hemos podido darnos cuenta - una vez más - del afecto que la ciudad profesa a nuestro
proyecto y eso nos reconforta por la certeza de saber que algo estamos haciendo
bien; a todos los amigos, a todos los vecinos, a todos los habitantes de El Rincón,
Loma de la Virgen, El Caucho, Las Quebraditas, Lumonty, La Pedregosa, Los
Curos, Loma de los Maitines y zonas aledañas, nuestro abrazo de gratitud y
nuestro compromiso, nos brindaron un apoyo invaluable.
A los medios
de comunicación, especialmente a nuestra emblemática Televisora Andina de
Mérida, su director y buen amigo nuestro, el señor Nelson Aguilera, la señora Danitza Suarez, El
licenciado Jorge Villet, el señor William Lozada y todo su equipo técnico y
humano, por haberse tomado la tarea para ellos y convertirla en noticia
permanente.
También, por
supuesto, a las emisoras de radio de la ciudad: Onda 105.3 FM, Éxitos 100.9. Nuestra amiga Eva María Molina
de 97.5 FM, la estación YVKM y todas las otras emisoras FM del estado Mérida, quienes aún difunden
noticias y contribuyen a formar conciencia sobre nuestro programa.
Buscar a
Morichala no fue fácil, sabemos que lo hicimos en profundidad aunque sin
resultados satisfactorios y que, en esa
tarea, la mano amiga de diversas
organizaciones fue fundamental: El Grupo de Rescate Halcón Andino, especialmente
al señor Omar Peña, y a los integrantes de Defensa Civil quienes
contribuyeron con su experiencia a armar equipos de búsqueda y acompañar
voluntarios en la tarea. Los amigos de La Fundación Don Bosco; el señor Luis
Enrique Dávila de La Cosecha de Los Andes y todos los que suministraron refrigerios y apoyo
logístico durante las jornadas de trabajo de rescate.
Dejamos de último,
no porque sean poco importantes sino, al contrario, porque son el combustible
diario, a un grupo cercano de colaboradores
y amigos incondicionales. Debemos nombrarlos aunque corramos el riesgo de dejar
un nombre por fuera (si eso sucede pedimos disculpas muy sinceras y admitimos
cierta torpeza a la luz de los días llenos de preocupación) pero, si insistimos
en mencionarlos en contra de lo que aconseja el buen juicio, es porque
destacaron en la cotidianidad: Pedro Boada, quien produjo y editó los videos
que circularon, Emilia Márquez, cuya voz invitó a los merideños una y otra vez
a encontrar a la mula, Alcira Ramírez cuyo apoyo para todo lo necesario fue tan
efectivo y sincero como pudimos desearlo. Geanet Garcia, Thairy Moreno y Lenny
Aldana cuyos espacios radiales estuvieron siempre a la orden de nuestro deseo
de ponerle fin al mal rato.
Hemos hecho
un sincero ejercicio de gratitud con el que cerramos este capítulo triste. Si
Morichala aparece en algún rincón de esta ciudad llena de escondrijos y regresa
a nuestra casa, podremos decir que merecemos un milagro; pero, si eso no ocurre
como cabe suponer, siempre recordaremos que Mérida estuvo con nosotros y se
hizo una voz junto a la nuestra.
Vendrán otros
tiempos y otra mula. A Bibliomula no la detiene un revés que, aunque grande,
puede superarse. Estamos seguros que en esta nueva etapa y ante los nuevos
proyectos, tendremos la solidaridad y el apoyo de ustedes y muchas otras
personas.
Gracias de
corazón, Dios se los pague.