Han pasado 13 años desde la primera
vez que nuestro director, Ignazio Pollini, aprovechó una visita a Italia para
conocer de cerca la Escuela Estatal de Puegnago “Bruno Munari” para darles a
conocer el proyecto Bibliomulas que, entonces, estaba dando sus primeros pasos.
Este año un nuevo encuentro con la
misma comunidad escolar, ha traído a la memoria de todos- aquella visita del
2011 y ha servido para fortalecer lazos de amistad y conseguir pequeños apoyos.
Situado en Lombardía, específicamente
en la provincia de Brescia, el pequeño pueblo de poco menos que, tres mil
habitantes, se llama Puegnago sul Guarda, un curioso nombre que se
supone es el resultado de la “romanización” de la palabra “popinius” el nombre
con el que se conocía la región en los tiempos de la Republica de Venecia. Un
destino eminentemente turístico en el que pueden visitarse restos de castillos
medievales y pruebas de haber sido habitado en la época prehistórica, Puegnago
es hoy dia una apacible y pequeña ciudad rodeada de lagos y con la exquisita
belleza geográfica del norte italiano.
Allí, en ese “paraíso” turístico, se
encuentra la escuela primaria de los niños de Puegnago. Llamada en homenaje al
gran escritor y artista Don Bruno Munari, sigue siendo, como homenaje a quien
le da nombre, un espacio abierto para jugar con los niños y aprender alrededor
de las artes y la arquitectura y, fue en esa escuela tan especial donde pudimos
tener el gusto de hablar de nuestro crecimiento y de las cosas que hemos vivido
en el transcurrir de estos 11 años. La verdad, fuimos recibidos con el afecto
que se reserva a los buenos amigos.
Uno de los gestos que nos ha
conmovido mucho, es la propuesta de los chicos de la escuela para recaudar
algunos fondos que nos permitan hacer frente a los problemas diarios que
tenemos aquí: pues bien, los niños nos recibieron con una pequeña “feria” un
mercadito en el que estaban a la venta diversos artículos artísticos hechos por
ellos mismos con la intención de regalarlos a los niños de Mérida.
Fue una jornada divertida,
aleccionadora y muy interesante pues, además, abrió las puertas a un segundo
encuentro, esta vez con personas de la comunidad y algunos habitantes de las
ciudades más grandes del vecindario a fin de conseguir apoyos que nos permitan
seguir adelante.
Recordamos con especial afecto a la
profesora Rosella Lo Bianco y a todo el personal de la escuela, por su decidido
apoyo y en forma muy especial, gracias a los niños que pueblan esa escuela con
alegría y que hoy están presentes en las alforjas de Canela. Muy pronto
podremos anunciar que el contacto ha ido más allá de una simple visita y está
amparando el nacimiento de una ruta similar por los pueblos y aldeas cercanas a
Puegnago.