Una verdadera celebración en familia
fue lo que vivimos el pasado 16 de diciembre, para despedir un año que nos deja
satisfacciones a granel y la certeza de que nuestros esfuerzos se reciben con
cariño en la vida de sus beneficiarios.
Este año, gracias al apoyo de
patrocinantes y amigos, pudimos hacer un alto en el trabajo para regalarnos una
jornada de distracción, buen ánimo y mucha diversión, que empezó muy temprano
desde el momento en que, reunidos grupos de beneficiarios de todas las
comunidades que atendemos regularmente, nos fuimos juntos a La Carbonera (El
Valle) para disfrutar de un día verdaderamente navideño en las instalaciones de
El Jardín de La Esperanza en La Carbonera.
Como quiera que, para nosotros,
destacar los valores propios de las ocasiones festivas, es un objetivo
indispensable, tuvimos especial cuidado
en preparar una festividad alrededor de las tradiciones navideñas de nuestra
cultura. Así, los niños y niñas, sus representantes y los amigos de
Bibliomulas, fueron recibidos por un grupo de aguinaldos con quienes tuvimos la
brillante oportunidad de compartir cantos y conocer un poco más este género
musical tan nuestro.
Eso fue bastante útil a la hora de
distribuir el primer refrigerio de la mañana, ya que no solo recibimos apoyo
para evitar desorden, sino que compartimos ese momento con gran camaradería,
logrando uno de los objetivos iniciales, la integración con sentido de
pertenencia de todos los niños de las comunidades beneficiarias.
Enseguida, compartimos también un sinfín de juegos. Ese espíritu lúdico que impregna toda nuestra actividad estuvo muy presente pues, además, habíamos preparado un encuentro muy especial: la competencia de Saltar Cuerda, para la que estaban entrenando niños y niñas de todas las comunidades, desde varios meses atrás; nos divertimos muchísimo aupando el sano espíritu competitivo deportivo, e hicimos paso al almuerzo navideño.
Sentados a la mesa, compartimos las
comidas propias de esta época, empezando claro está por la irrenunciable
hallaca y todos los platillos propios de los días de navidad; aquí debemos
decir que todo estuvo sabroso, abundante y muy bien servido, de modo que destacamos
el trabajo de nuestros “logísticos”
Como era de esperarse, la fiesta
terminó con una bonita descarga de música navideña con base en parrandas,
villancicos y música tradicional. Regresamos a nuestra sede, después de casi
todo un día de agotadora diversión, complacidos. Una vez más, hemos logrado
hacer que, nuestro esfuerzo, se vea recompensado en beneficio de los niños,
niñas y adolescentes que nos conocen porque disfrutan a Canela y sus alforjas
mágicas.
Felicidad para todos….