Proyecto Bibliomulas: Re-crear vivencias lectoras para con-mover mediadores de lectura en Mérida-Venezuela

Reproducimos a continuación, el artículo escrito por la Doctora Emilia Márquez Montes, docente asociada al proyecto Bibliomulas desde sus in...

miércoles, 18 de noviembre de 2020

EL ARTE DE ESCRIBIR


La necesidad de escribir está tan ligada a la necesidad que tiene el hombre de comunicar sus ideas y compartir información,  que podríamos perfectamente decir que sin escribir, la evolución de la humanidad hubiese seguido un derrotero muy distinto, podemos decir que si el hombre no hubiese perfeccionado la habilidad para escribir, la historia sería tan distinta que tal vez solo hablaríamos dos lenguas y una de ellas sería el latín. Ni hablar de lo demás.

No hubiesen llegado hasta nosotros los avances de la ciencia y no sabríamos de los grandes inventos de la historia. Podemos hablar, y de hecho es lo que nos diferencia de los animales;  pero, necesitamos escribir para que esos pensamientos que se amontonan en la cabeza, salgan a dominar el mundo.

Algunas veces es necesario descifrar  algo que ha sido escrito por quien ignora lo más elemental del arte de escribir, y se puede decir que no es por lo que escribe sino por cómo ha sido escrito ya que la idea más simple, resulta imposible de entender en ciertas ocasiones debido a que se pierde la precisión, la elegancia, la claridad y armonía del texto que se está exponiendo. Virtudes que se consiguen con la práctica y el esfuerzo de muchos intentos.

Hay quienes opinan que no se aprende a ser escritor, y que de algún modo es un “don del cielo”. De verdad resulta difícil afirmar que no lo sea, aunque también es cierto que dependiendo del empeño y trabajo puede llegarse a serlo. Después de todo es cierto que escribir es corregir muchas veces y que el mayor tiempo que un escritor pasa en su mesa de trabajo lo gasta en correcciones ya que a fuerza de trabajo se puede llegar a ser un escritor puro, claro, correcto e incluso elegante.  No cabe duda que el arte de escribir es el producto de un arduo esfuerzo.



Un esfuerzo que básicamente depende de aprender a utilizar nuestra lengua, para lo cual, no hay como estudiar sus infinitos recursos para huir de la monotonía y pobreza de vocabulario. Si bien es la gramática el primer libro que tomamos en la mano para aprender los rudimentos de nuestra lengua, ese libro,  y lo que allí se enseña,  estará siempre al lado de quien nunca abandona la idea de perfeccionar su manera de narrar  sus historias y las de los otros.

Un escritor o quien aspire a serlo, procurará ver en si mismo, una especie de revelación a perpetuidad de su obra ; por lo tanto para escribir con ese sentido de belleza y elegancia textual casi eterna debe tener en cuenta detalles de verdadera importancia; el primero de ellos es que resulta imposible escribir sin haber sido un buen lector. Solo la lectura acuciosa, va a darnos herramientas para escribir que vaya mucho más allá de las palabras.

Quien escribe sólo con palabras es como el que construye exclusivamente con ladrillos; si se desea decorar y embellecer el edificio se han de utilizar también las esculturas y las tallas; esa analogía es la que encierra el secreto de un texto bien escrito: no solo tendrá frases hechas, sino pensamientos e ideas que contribuyan a engrandecer nuestras aseveraciones y nuestra autoridad en la escritura.

De modo que, si alguna vez has pensado que podrías ser escritor y quieres intentarlo es bueno saber que escribir es luchar con las palabras y las frases, corrigiéndolas una y otra vez. Este es un arte que lleva consigo la virtud de la paciencia, solo así será posible crear un estilo propio para expresar  ideas y pensamientos que trasciendan el simple momento de la imaginación.