En esa interminable costumbre de descubrir lo que somos,
algunos científicos se han dedicado a estudiar las principales fases de la
conducta humana en su relacionamiento con libros y el resultado no puede ser más
interesante:
1) Descubrimiento:
Al principio existe un acercamiento incluso tímido, Un día, de algún modo
leemos un libro que nos atrapa y empezamos a buscar algo más. Es posible que
encontremos algún otro libro parecido o que sencillamente, se nos desate una
vena lectora que nos haga ir por más cada vez.
2) Enamoramiento:
Ya la magia del libro nos ha herido. A
diferencia de lo que ocurre en el mundo real, es posible enamorarse de dos
historias a la vez y convivir felizmente con ellas. Es entonces, cuando un
libro nos acompaña a todas partes y siempre conseguimos el tiempo que
requerimos para continuar la lectura.
3) Identificación: Empezamos a identificarnos como lectores. Alcanzamos verdadera compenetración y disfrutamos la lectura de tal modo que, el libro, forma un conjunto casi indivisible que nos define.
4) Sustitución:
no se cumple siempre, por suerte, y en un alto porcentaje de veces, es una fase
que se supera rápido. Es ese momento en el que sustituimos muchas formas de
interacción humana por el disfrute de un libro, olvidando la importancia que tiene la relación
con otras personas. Suele durar poco tiempo y da paso a la siguiente fase.
5) Frustración
(insoportable): Ocurre cuando se siente que ya se han leído demasiados libros y
comienzan a surgir preocupaciones propias de la vida social. Puede que a este
punto, el lector crea que puede escribir su propia historia o que aquel mundo
que sueña no ha sido contado aun.
6) Reconciliación:
Es la normalización del hábito de leer. El proceso inicial reinicia y los
libros poco a poco se convierten nuevamente en la gran compañía; pero, con
cierta prudencia. Ahora, los títulos y los temas se escogen con cuidado, solo
leemos lo que verdaderamente nos apasiona y podemos prescindir de la lectura
por algunos días.
7) Acumulación:
Esa pasión que hemos desarrollado por años, empieza a mostrarse, tenemos
estantes llenos de libros y parece que vivimos entre libros. Es el momento de
las bibliotecas de casa.
8) Herencia:
Sin duda, una etapa propia de la madurez. Nos damos cuenta que debemos empezar
a sembrar el hábito en las nuevas generaciones y obsequiamos viejos volúmenes
favoritos a hijos y demás descendientes, con la esperanza de que sean tan
disfrutados como lo fue en nuestro caso.
Esa vida la conocemos bien en Bibliomulas, porque hemos ido creando lectores con dedicación, cualquiera de esa fases mencionadas, la hemos vivido y si se puede llamar así, hemos sido consuelo para aquellos despechos literarios que conseguimos en el camino ya que es una obligación que nos satisface. Por tal razón trabajamos sin descanso aun cuando el mundo se detiene un poco a nuestro paso y nos indica bajar el ritmo. Lo hemos hecho, porque cuidarnos y cuidar a nuestros amigos es una tarea a la que no renunciamos; pero, seguimos adelante de varios modos, trayendo a la vida los muchos mundos que caben dentro de un buen libro y brindando la oportunidad de vivir la recompensa de leer.