En abril de 1945, a pesar de la guerra y la inestabilidad
que se vivía en Europa, salió a las calles la primera edición de un pequeño
diario llamado “Giornale di Brescia”, lógicamente dirigido a la población de la
región de Brescia, en la Lombardía italiana, el pasquín contaba con solo dos páginas,
impresas por ambas caras, y estaba dedicado a las actividades del Comité de
Liberación Nacional, o lo que es lo mismo, el más importante movimiento de
resistencia antifascista que existió en la convulsionada Italia de tiempos de
guerra.
La mera historia del Giornale es materia para muchas
cuartillas en las que siempre habría que contar la increíble resistencia que sus
fundadores tuvieron para mantenerlo en funcionamiento durante los años
difíciles que les tocó vivir. Si hacemos un rápido adelanto hacia el futuro, es
fácil darse cuenta que casi 80 años después, su presencia en la vida diaria de
los italianos es garantía de periodismo libre y serio. Quizás eso sea
suficiente.
Sin embargo, las conexiones del Giornale, con la gente de
Brescia primero que todo y con las buenas noticias de sus ciudadanos, le ponen
siempre en un lugar de privilegio. No solo es uno de los diarios más sólidos y
respetados de Italia, también es uno de los que moviliza el interés de sus
ciudadanos por las buenas historias del mundo.
Es allí donde empieza su similitud con Bibliomulas. A pesar
de las historias no del todo amenas que se cuentan de la humanidad en nuestros
días, Tanto uno como otro insisten en creer en la buena noticia y propagarlas.
Por eso le dedicamos este pequeño espacio, con él celebramos su generosidad y su empeño en apoyar lo que hacemos en esta pequeña ciudad de los Andes Venezolana y que, para nuestra sorpresa, ha servido de ejemplo a comunidades Lombardas e incluso un poco mas allá.
En anteriores publicaciones dimos espacio a los dos
reportajes publicados, por eso, ahora solo queremos agradecerles con el
sencillo homenaje de traerlos a nuestras paginas
Es lo menos que corresponde hacer.
Gracias.