Proyecto Bibliomulas: Re-crear vivencias lectoras para con-mover mediadores de lectura en Mérida-Venezuela

Reproducimos a continuación, el artículo escrito por la Doctora Emilia Márquez Montes, docente asociada al proyecto Bibliomulas desde sus in...

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Jóvenes lectores que nos miran

 


Posiblemente, uno de los beneficios colaterales que recibimos de nuestra diaria labor se da, en bastantes oportunidades, como respuesta a la experiencia Bibliomulas, una vez que un grupo cualquiera se acerca a ella. Tal es el caso de los colegios de Mérida.

No lo decimos porque creamos que tenemos una estrategia única, ni porque pensemos que somos “la verdad revelada”; sencillamente, somos un programa cuyos objetivos están muy claros, son fáciles de explicar y, por lo tanto, son fáciles de entender e incluso replicar de cierto modo.

Sucede con los colegios. Afortunadamente cada vez más, colegios del estado Mérida se acercan a lo que hacemos, usualmente, viviendo una jornada de trabajo al lado nuestro en la que conocen la mula, escudriñan las alforjas, reciben entrenamiento lector y participan en todo el entorno lúdico de lo que hacemos. El resultado de estos encuentros suele ser muy positivo, tanto en lo inmediato: los estudiantes se divierten viviendo una jornada diferente al habitual movimiento de un salón de clases tradicional, como en los planes a mediano plazo: hasta ahora no ha ocurrido que los miembros de una comunidad educativa en particular “archiven” la experiencia bajo la pestaña de cosas vividas y olvidadas.

Uno de los gratos recuerdos que tenemos, por ejemplo, sucedió en la Unidad Educativa C.E.A.P.U.L.A. Allí estuvimos hace algunos meses, vivimos un día entero con ellos e hicimos del patio del colegio una verdadera fiesta. Como resultado, sus docentes han intervenido en algunos de nuestros programas formativos entendiendo cabalmente las herramientas que deben adquirir para sumar el incentivo a la lectura dentro de sus planes de docencia; lo mejor de todo es que con ellos hemos establecido una relación que se afianza y empieza a tener resultados concretos hacia la comunidad de estudiantes.


Otro excelente ejemplo - pues además sucedió hace pocos días - es la experiencia con el colegio San Juan Bosco, de Mérida. Ellos habían oído hablar de nosotros, incluso habían participado previamente en alguna de nuestras actividades y, de algún modo, estaban familiarizados con lo que hacíamos, de modo que solo faltaba un acercamiento en profundidad si queríamos dejar una huella permanente.

Ese acercamiento ocurrió hace algunos días en ocasión de la participación de ellos en uno de nuestros talleres, específicamente en la sesión “Mientras más lees, más ves” dirigido por la profesora Emilia Márquez con la participación de nuestro promotor de lectura, Pedro Maldonado. El taller, dirigido a jóvenes estudiantes de bachillerato, tiene el objetivo, no solo de estimular el hábito lector, sino de impulsar el surgimiento de iniciativas espontáneas que acerquen a nuestros estudiantes a la lectura.


En el Colegio San Juan Bosco, este objetivo, tal como estaba previsto, se logró totalmente: los alumnos decidieron crear un circulo de lectura y para hacerlo pidieron nuestra asesoría y expresaron hacerlo con nuestro ejemplo. Es decir, ellos idearon una “mini-bibliomula-a-pie” (obviamente no tendrán una mula) con la que desarrollarán sus propios programas de lectura recreativa bajo la supervisión docente y con nuestro apoyo.  Es muy sorprendente porque este tipo de iniciativas, surgidas de los propios jóvenes interesados, echa por tierra el mito de que “los jóvenes no están interesados en leer”.

A decir verdad, los estudiantes del Colegio San Juan Bosco de Mérida son tremendos lectores, saben lo que les gusta y están ávidos de más y más cosas buenas que descubrir en un libro. La gran suerte es que no son los únicos.



miércoles, 23 de noviembre de 2022

Una vez y otra en La Vergara


Ya hemos hablado de lo que significa La Vergara Alta para Bibliomulas. Hemos dicho muchas veces que ese proyecto nuevo, nacido de las casualidades en un entorno natural envidiable, es uno de los que cuidamos con mayor esmero. No porque los demás nos importen menos (en eso ni se piensa) sino porque en La Vergara confluyen fuerzas que nos hacen sentir verdadero interés por estar allí y servir de guía a la atención de muchas necesidades.

Les vamos a explicar: En Bibliomulas estamos convencidos de que no podemos trabajar solos. Es más, no debemos hacerlo y no nos gusta. La clave del éxito para cualquier iniciativa es rodearse de los mejores, entender las limitaciones que cada grupo tiene y cubrir con las fortalezas de los otros, las debilidades propias. Esa sinergia envidiable es la causa por la que un gran número de empresas, organizaciones y centros de trabajo desarrollan una carrera en positivo. Nosotros no somos los menos.

A través de una agradable y extensa red de organizaciones que prestan trabajo comunitario, nosotros hemos creado un entorno que nos es propicio: nada mejor para demostrarlo que las jornadas de La Vergara Alta, ese bonito caserío de El Valle que, lamentablemente, está aquejado de problemas.

Tenemos dos formas de abordar la comunidad, en ambas, es la misma comunidad la que nos invita y nos acoge, en la mayoría de los casos porque se establece un plan cuidadoso de abordaje desde la lectura dirigido a los más pequeños y preparado con ciertas rutinas de alto significado lúdico. En la Vergara a ese abordaje le sumamos un contenido francamente importante: el auxilio médico – asistencial en manos de PAULA (Primeros auxilios ULA) y el apoyo social que brinda Caritas de Venezuela. Bibliomulas pues, se convierte en un vehículo que opera dentro de una premisa muy sencilla: tan pronto como los niños del caserío escuchan nuestra llegada, salen alborozados a nuestro encuentro formando, de ese modo, las condiciones necesarias para que se cumplan los propósitos de la visita.


Ese día transcurre en un ambiente festivo y, es dentro de ese ambiente festivo, que se facilita la acción de los médicos de PAULA y el trabajo social de los que nos acompañan. Es el ambiente festivo desarrollado alrededor de la lectura, los cuenta cuentos, el teatro y las historias, que logramos derribar las poquísimas barreras que pudieran existir y tener éxito. Un éxito que se mide en el alcance de una labor dedicada a los niños de la que se benefician grandemente los adultos.


Estas fotos y esta historia corresponden entonces a la jornada que tuvo lugar el pasado 12 de noviembre, un día muy especial rodeado de alegría, en el que junto a nuestros aliados insistimos en poner un poco más profunda la huella de nuestro servicio. No queda otra opción que agradecer desde lo más íntimo de nosotros.



 

lunes, 21 de noviembre de 2022

De Mérida a BEDIZZOLE, el cuento de una comunidad en Lombardía.


Una de las mejores formas de mantener vivo el programa Bibliomulas es, sin duda, por medio de la comunicación: contar lo que hacemos cada vez que podemos. Aprovechar cualquier oportunidad para interesar a un nuevo público, hacer nuevos amigos y esparcir la voz de lo que tenemos planeado y de lo que queremos hacer, es un recurso fundamental en nuestra historia. Para eso hemos echado mano de numerosas herramientas desde que existimos.

Tal vez debamos admitir entonces, que ninguna es tan efectiva como “contar el cuento” a una audiencia que no se relaciona con nuestra manera de cumplir con el objetivo trazado porque no lo necesita o, para educarse, tiene todas las comodidades que uno de nuestros niños no tiene.

Esa es una tarea en la que nuestro equipo está bien formado.

El pasado 19 de noviembre, nuestro director Ignazio Pollini, quien se encuentra visitando sus familiares en Italia, acudió a la localidad de Bedizzole, en la provincia de Brescia (Lombardia) para encontrarse con un par de sacerdotes amigos suyos de la infancia.


Es el caso que uno de ellos, Don Michele, siendo el párroco encargado de la parroquia de Santo Stefano había organizado un encuentro de jóvenes voluntarios (le llaman "oratorio") en el que algunos visitantes darían un testimonio de su trabajo en sus respectivas comunidades de origen. Pues bien, Ignazio fue invitado a contar la historia de Bibliomulas a este grupo de jóvenes parroquianos, junto a un activista que hablaba de su trabajo en África, un tema este último sumamente interesante para los europeos por razones de interés geo-político.

Bibliomulas tiene la inmensa suerte de tener su poquito de "binacionalidad". Lo decimos porque Italia está muy presente en su devenir, sobre todo debido a Ignazio; por eso, una vez más, tuvimos la oportunidad de impactar precisamente a una comunidad que, siendo un pequeño pueblo, (Bedizzole tiene un poco más de 11.500 habitantes) disfruta de todo lo que un niño tiene que tener y saber para poder educarse adecuadamente.


Pero, aun más, logramos claramente establecer lo que somos: una iniciativa latinoamericana, proveniente precisamente de los andes venezolanos, cuyo objetivo es impulsar el hábito de lectoescritura en niños y adolescentes y dejar claramente establecido que nos movemos entre montañas y pequeñas aldeas andinas. 

Sin haberlo planeado, la presentación fue todo un éxito.  Hemos logrado despertar interés enorme en nuestro trabajo al extremo de habernos tendido puentes y canales de comunicación que, estamos seguros, nos llevará a muy buen destino; sin embargo, lo que más ha contado para el recuento de ganancias es que hemos ampliado el universo de amigos solidarios.

No podemos estar más contentos y agradecidos.





viernes, 18 de noviembre de 2022

Lo bueno que tiene donar

Una de las formas que tenemos de mantener nuestra mula “alimentada” por libros, es mediante las donaciones que recibimos por parte de personas que conocen nuestros objetivos y quieren cooperar con su desarrollo, pero no pueden aportar recursos de otro tipo.

Suele suceder que nos llaman para expresar su deseo de donar algunos ejemplares y eso les parece poco esfuerzo para contribuir con nuestra labor, también, que nos avisen de algunas buenas colecciones quedadas al olvido tras la marcha de sus dueños o, incluso que algún viejo librero decida retirarse o jubilarse de la venta de libros y quiera hacernos parte de la liquidación de su preciada mercancía.

En cualquier caso, recibimos lo que nuestros amigos tengan a ben darnos y encausamos su destino final con la mejor de las intenciones. Puede que recibamos una de esas antiguas enciclopedias a las que Google dejo sin trabajo, o puede que algunas veces nos llegan cajas de libros de texto de las mas disimiles materias. Es entonces cuando nos corresponde decidir lo que haremos.

Es fácil: Bibliomulas es un programa claramente destinado para el disfrute de niños, niñas y adolescentes. Por lo tanto, los libros que mantiene en sus alforjas están destinados a ese sector de la población; sin embargo, Bibliomulas es defensora del libro; defensora de las maravillas que significa recorrer comunidades cuando llevamos una mula cargada de libros. Por eso, tenemos un principio inviolable: conservar los libros que reciba o encuentre de algún modo hasta lograr que llegue a las manos correctas.


La biblioteca de aula de un colegio público, el oratorio de un colegio salesiano, las asociaciones deportivas e incluso nuestra universidad, se han visto beneficiarios de los que hacemos. Por supuesto, sabemos que algunos tomos describen conductas inapropiadas; es ahí cuando entran a relucir todas las alarmas y no nos permitimos que alguien lo vea y lo tome en cuenta. Con esa excepción, todos los libros que recibimos van siempre a buen paradero, porque sabemos que en otros lugares tendrán la oportunidad de una buena vida.

También creemos que los libros son seres vivos, debido a que contienen muchas vidas.

Es esa premisa la que nos sigue cada vez que tenemos la dicha de recibir un regalo de libros: nosotros lo recibimos y, muy probablemente, nos vamos a ocupar de hacerlo llegar a su sitio natural, ya que creemos que los libros tienen un espacio natural bien ganado.


Esas reflexiones sobre el hecho hermoso de compartir nos han movido estos días en que hemos tenido la dicha de dos regalos importantes: una bonita colección de libros infantiles por pare de Cátedra de la Paz y ejemplares de un libro hermosamente diseñado que lleva por titulo “Gita, la elefanta de luz “y nos llegó de la mejor manera: su propia autora, la señora Josefa Castellanos.

Esas dos visitas escogidas entre muchas que recibimos con frecuencia, nos alegran porque significa que hay mucha gente allá afuera ansiosa de compartir la noticia de un buen ejemplar y, además, nos comprometen a esforzarnos aun mas para darle cabida a todos esos magníficos trabajos que quieren sumarse a lo que somos.



jueves, 17 de noviembre de 2022

Para aprender hay que jugar

Los niños y niñas no juegan para aprender,

               pero aprenden porque juegan.

Jean Piaget

 

Reconocemos ser una presencia inusual. Nuestras comunidades nos esperan y nos tratan con todo el cariño; pero, no parece muy “normal” que una mula ande por ahí vestida de biblioteca, lo cual no deja de ser una ventaja: debido a nuestra manera de de funcionar, nos permitimos maneras poco corrientes de hacer lo que hacemos.

Somos firmes creyentes de que mientras mas distendido, amable e informal sea el ambiente en que el niño se desenvuelve y más divertida sea la tarea mediante la cual va a impartirse conocimiento, más posibilidades de éxito tiene un niño en su proceso; por eso, ponemos tanto empeño en las actividades de nuestra Ludoteca Gabriele Sanesi.


Recientemente hemos emprendido un nuevo reto: bajo la temática “conocer un autor ilustrador” y bajo la sabia conducción de nuestra querida María Gutiérrez, estamos empeñados en hacerle conocer a nuestros niños las diversas formas que existen de narrar historias. Para empezar, mediante la ilustración; para ello, los asomamos al mundo mágico de Leo Lionni, uno de los más reconocidos ilustradores del siglo XX. La premisa fue propiciar el acercamiento a la lectura de un álbum ilustrado tal como Frederick, (de su autoría) animando la expresión de ideas y emociones a través del conocimiento de una historia y de un autor ilustrador de cuentos. Acercarlos a su técnica pictórica con información y práctica creativa.

Un elemento lúdico educativo (el libro ilustrado) un mediador y un entusiasta grupo de niños se encontraron pues, en nuestra ludoteca, provista de todas las herramientas necesarias para desarrollar un conjunto de actividades que serviría, no solo para conocer profundamente el trabajo del gran maestro LIonni sino también para, 1) adentrarse en el mundo de la literatura ilustrada y 2) incentivar los procesos creativos de cada quien, por medio del conocimiento de otras técnicas creativas.

En este caso, el libro escogido lleva por título Frederick y resulta que Frederick es un ratón. Un ratón inteligente, divertido y muy ratón al que estos chicos conocieron encantados. No solo conocieron al ratón, lo cual habría sido muy poco interesante tal vez, sino que conocieron las actividades del ratón, su entorno y pro medio de él, las estaciones (Frederick es un ratón europeo) y algo aun mejor: los regalos que recibimos de esas estaciones y lo que con ellos podemos hacer.

El resultado todavía sorprende. Llevamos registro, no muy acucioso, de estos encuentros cada vez mas orientados al fortalecimiento de las actividades “ordinarias” de las comunidades y la verdad es que estamos logrando acercarnos a una conjunción perfecta: los niños reconocen y disfrutan grandemente las visitas de Canela; sin embargo siempre sentimos que nuestra labor debía completarse con actividades adicionales que permitieran ampliar el universo de conocimientos de una forma entretenida, relajada y sin el necesario rigor de la escuela, eso creemos estar lográndolo con la Ludoteca y las actividades pedagógicas que allí se realizan, incluyendo maestros, representantes y niños de otras comunidades a las que Canela no visita regularmente.

Hacemos nuestras las palabras de Jean Piaget acerca de la importancia del juego en la formación de un niño y entendemos lo lúdico como una gran herramienta que, en nuestro caso, es guía.