UN DESAFIO PARA LOS PRIMEROS 15 AÑOS DE BIBLIOMULAS

  El proyecto Bibliomulas Mérida se aproxima a celebrar 15 años de trabajo y compromiso en nuestras comunidades andinas. este aniversario no...

sábado, 12 de diciembre de 2020

LOS CUENTOS EN LA FUNDA

Durante muchos años, la Fundación Don Bosco de Mérida ha sido hogar para Bibliomulas; si recientemente hablamos de la necesidad de fortalecer y mantener las alianzas que un proyecto como el nuestro necesita para su crecimiento, tenemos que reconocer que,  posiblemente, la alianza hecha con Fundación Don Bosco está entre las más favorecedoras.

En primer lugar porque en esta “complicidad” de proyectos, todos los involucrados obtienen algún beneficio, por cierto, bastante equitativo en sus términos. Para Bibliomulas, durante todo este tiempo, la cercanía de la Fundación ha sido un terreno para experimentar nuevos proyectos, desarrollar programas de desarrollo y sobre todo, descubrir un semillero: niños ávidos de acercarse al mundo de la literatura y vivirlo de nuestra mano.

No hay público mejor, sin duda, y eso lo sabemos perfectamente todos los que alguna vez nos involucramos en esto de impulsar la lectura y contribuir con la formación de niños en edad escolar. El niño que no lee,  no lo hace porque sencillamente está alejado de un libro,  ya que su natural curiosidad siempre los llevará  a querer descubrir los mundos que se esconden entre sus páginas y acercarse a encontrarse con esos mundos.

No obstante, siempre es bueno un poco de estimulo y eso es lo que nos hemos propuesto hacer,  tanto en Bibliomulas como dentro de la Fundación Don Bosco, por eso hemos establecido programas sencillos; pero, de gran impacto entre quienes hacen vida en ese espacio que tanto nos ha dado apoyo.



Se trata del encuentro semanal para leer cuentos a los niños de la Fundación, un programa propio de nosotros que no se ha detenido en tiempos de confinamiento, habiéndose reformulado para cumplir con las disposiciones del caso,  sin necesidad de suspenderlo y que se inscribe dentro de nuestros proyectos de estimulo a la lectura dirigido a estudiantes de educación primaria. Lo ponemos en practica de manera muy sencilla; cuando la situación lo permite (ahora no es posible debido a las limitaciones propias de la crisis sanitaria desatada por la pandemia COVID 19) llevamos toda la artillería: nuestra mula, los cuenta cuentos y las alforjas de libros; con eso desatamos el ambiente festivo que sirve como perfecta excusa para emprender el camino que atraviesan las historias; pero, cuando no se puede, igual compartimos con estos niños la magia de leer.

Esa es la razón por la que en estas semanas, hemos simplificado la actividad cumpliéndola tan solo con nuestros narradores y lectores de cuentos y textos, seleccionados de las alforjas. Por ahora, la actividad no incluye el paseo en mula que tanto les agrada, aunque de todos modos, logramos mantener despierta la atención y el gusto por participar en las tardes de lectura.

Leer es la herramienta más importante del aprendizaje, ya que orienta y estructura el pensamiento permitiéndole al lector desarrollar actitudes para comprender, interpretar y relacionar un texto. Pero, leer por sí solo, puede resultar una actividad poco atractiva para un niño que desea salir a jugar al patio o canalizar sus energías de otras maneras más físicas; por eso, nosotros la relacionamos con otros conocimientos y experiencias cercanas a los niños.

 El niño que ha iniciado el aprendizaje de la lectura durante sus primeros años de actividad escolar requiere formarse como lector hábil.  Recordemos que, al leer, un niño  no sólo aumenta su vocabulario sino que aprende a obtener conclusiones y,  poco a poco,  formarse opiniones que más tarde le darán la oportunidad de hacer comparaciones y desarrollar capacidad de discernimiento.

Lo que proponemos entonces para los niños de la Fundación Don Bosco es relacionar la lectura con un componente afectivo y lúdico que propicie,  en su edad adulta,  la relación de la lectura con sentimientos de seguridad, contención y amor,  ya que los libros le evocarán siempre momentos agradables de convivencia con la mejor parte de su entorno.

Para nosotros, y esto no nos cansamos de decirlo, la lectura y la escritura tienen una función social y cultural, pues  un libro comienza dando al niño la importancia que tiene como ser único, lo relaciona  con su entorno inmediato  y le permite involucrar los aspectos relevantes de esos espacios particulares en los que se ha formado y han sido importantes en su vida.