Proyecto Bibliomulas: Re-crear vivencias lectoras para con-mover mediadores de lectura en Mérida-Venezuela

Reproducimos a continuación, el artículo escrito por la Doctora Emilia Márquez Montes, docente asociada al proyecto Bibliomulas desde sus in...

lunes, 11 de julio de 2022

No más lejos que un árbol

Hemos tenido la dicha de unirnos a la celebración del aniversario de la Fundación Wanda Di Ferdinando, ocurrido el pasado viernes 8 de julio. Para conmemorar ese día especial, la Fundación ha renovado la tradición de un concierto dedicado a la memoria de la familia Di Ferdinando y al trabajo de la institución.

Esta vez, aprovechando la destreza que todos hemos adquirido en el manejo de encuentros virtuales y, un poco para celebrar también que hemos empezado a trabajar juntos, la celebración de este aniversario tuvo invitados muy especiales ya que, desde el Museo Nacional Rossini en Pesaro, los pequeños violinistas de LiberaMusica se conectaron en vivo con los músicos de la Fundación Don Bosco y con el grupo profesional venezolano Camerata Strings 360.

Fue un momento muy especial cuyo propósito, entre otros, nos vino perfecto: La Fundación Di Ferdinando creo este momento musical como espacio para dar voz a lo que vive Venezuela y potenciar, una vez más y en continuidad con el pasado, el indispensable aporte que la música otorga en el camino educativo


La mañana, por cierto, estuvo dedicada a la comunidad, cosa que para nosotros fue muy interesante ya que nos permitió conocer detalles del funcionamiento de la Fundación Di Ferdinando y los programas que llevan a cabo. Y aunque ya nos habían participado que lo harían, no dejó de sorprendernos muy gratamente que el “leitmotiv” del evento fue el verso “no más lejos que un árbol” del gran poeta venezolano Eugenio Montejo, pertenece al poema “Terredad”. Este poema está centrado en la necesidad, incluso ecológica, de acoger nuestra interdependencia:

Dice así:

"Estar aquí en la tierra: no más distante / que un árbol, ni más incomprensible, / luz en otoño, hinchada en verano, / con lo que somos o no somos, con la sombra, / la memoria, el deseo, hasta el final / ( si hay fin) voz a voz, / casa por casa, / tanto los que traen la tierra, si la traen, / como los que la esperan, si la esperan, / compartiendo juntos cada vez el pan / dos, tres, cuatro, / sin olvidar las sobras para la hormiga / que siempre viaja desde lejanas estrellas / para ser puntual a nuestra hora de cenar / aunque las migajas sean amargas”.



Eso fue además lo que realmente hicimos, por eso nos pareció tan apropiado: aceptar y disfrutar nuestra interdependencia, como sujetos propios de un experimento que con seguridad arrojará excelentes frutos. Lo aseguramos desde nuestra perspectiva de “enlazadores” o posibilitadores de una propuesta mucho mas grande en el que participamos nosotros como Bibliomulas poniéndole empeño a la comunidad de La Vergara Alta, los niños de la Fundación Don Bosco institución con la que tenemos una nutritiva alianza desde hace mucho tiempo y serán altamente beneficiados por esta iniciativa.

Lo mas rescatable, si queremos mencionar algo en particular, fue la hermosa ocasión del pasado 08 de julio. Niños con escasa o ninguna preparación musical, ensayaron arduamente para preparar cuatro canciones que interpretaron desde la sede de la Fundación Don Bosco para el público que allí estaba y para nuestra audiencia congregada en el Museo Nacional Rossini de Pesaro los que recibieron con verdadero entusiasmo su aporte.


Seguro el primero de muchos, el concierto del 8 de julio, nos abrió puertas a un proyecto que anhelamos poner en practica desde hace mucho tiempo: demostrar que la música ejerce un verdadero impacto en la calidad de vida, en el proceso de aprendizaje y en el desarrollo de cualidades intelectuales de niños y adolescentes.